Cría de animales impulsa destrucción de bosques Greenpeace

La cría de animales es el principal impulsor de la destrucción de bosques, mientras que algunas investigaciones dicen que el 31 por ciento de los brotes de enfermedades emergentes están relacionados con el cambio en el uso de la tierra, afirmó la organización ecologista Greenpeace.
“La cría industrial de animales y la destrucción de los bosques que genera el alimento son la receta tóxica perfecta para futuras pandemias”, indicó Marco Contiero, director de políticas agrícolas de Greenpeace en la Unión Europea (UE).
Refirió que “si seguimos presionando a los animales salvajes para que entren en contacto con las personas y proporcionemos granjas industriales estrechas como zonas de reproducción, COVID-19 no será el último brote que suframos”.
“La UE y los gobiernos nacionales deben salvar a los pequeños agricultores afectados por esta crisis y dejar de respaldar las granjas industriales que ponen en riesgo la salud pública”, enfatizó.
De acuerdo con un reporte de la ONG, la cría industrial de animales juega un papel en la aparición y propagación de infecciones virales similares al nuevo coronavirus.
Estimó que el 73 por ciento de todas las enfermedades infecciosas emergentes se originan en animales, y algunas especies de ganado transmiten virus, como el actual.
Por su parte, Ilaria Capua , viróloga italiana y directora del One Health Center of Excellence, en la Universidad de Florida, aseveró que la salud humana está indisolublemente unida a la de los animales y la naturaleza.
“Co-avanzar la salud de los humanos y otros animales, junto con la de las plantas y el medio ambiente es la única forma de mantener y preservar la sostenibilidad del planeta”, puntualizó.
Greenpeace llamó a garantizar una transición justa y equitativa “proporcionando ayuda financiera, en primer lugar, a los agricultores locales, de pequeña escala y ecológicos que aseguran una producción de alimentos saludable y resistente, así como a los trabajadores agrícolas que pueden estar en riesgo”.
Puntualizó que la cría industrial de animales contribuye también a la contaminación del aire con amoníaco y el agua con nitrógeno, por lo que “garantizar la propagación de la resistencia a los antimicrobianos, es uno de los principales desafíos de salud del siglo XXI”.
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